Nos atacan! Ladronas! Golosas! Qué descaradas! Estas gaviotas no tienen ningún temor al ser humano y sí un hambre como la copa de un pino. Parece ser que su lugar preferido para merendar son las heladerías cercanas a los puertos. Un corto vuelo, dejarse caer en picado y zamparse el cucurucho de pistacho, fresa, nata, turrón, chocolate, vainilla... de turistas y transeúntes.
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